Cómo influye la dieta en el sueño
Autor original, Sergio en terapiacpap.com
Una de las actividades que tiene influencia directa en el sueño es precisamente la alimentación, los tipos de alimentos que podemos consumir tienen una relación directa en la calidad y cantidad de sueño que podemos tener de forma regular. Para eso es importante desarrollar ciertas conductas que permitan dormir bien, ya que, a través de esto, nuestro organismo podrá reponer la energía consumida en el día.
El sueño se puede definir como un proceso natural que le permite al cuerpo poder regular los procesos endocrinos, así como el propio metabolismo. Para poder lograr un sueño de calidad será necesario reducir la actividad digestiva, activando la capacidad del cuerpo de almacenar y ahorrar energía. Es allí cuando la calidad de los alimentos tendrá un papel fundamental en la ejecución de jornadas donde el cuerpo realmente pueda dormir y descansar.
Con el sueño se puede preparar la memoria para poder recibir nueva información, es por eso que resulta tan importante poder dormir. La regeneración de los músculos y el equilibrio corporal y mental, también suceden a través de este proceso. Sin embargo, aunque sea un proceso natural de cuerpo, la dieta tendrá un impacto directo en su ejecución, ya que algunos alimentos serán mucho más beneficiosos para lograr un buen sueño, que otros.
El papel que desempeña la dieta en la calidad del sueño, está estrechamente ligada a las propiedades de los alimentos que se consumen antes de la hora de dormir, así como a la calidad de los mismos, los horarios y las cantidades de comida. Debido a que durante el sueño los procesos digestivos deben parar, lo ideal es que las últimas comidas se realicen en función a no alterar este ritmo, evitando que se produzcan episodios contraproducentes.
Cuando se trata de alimentos pesados, saturados de azúcar o sal, con picantes o aditivos químicos, el cuerpo tendrá que invertir mucha más energía en procesarlos, por lo que la poca energía que queda cerca del horario del sueño, será invertida en los procesos digestivos. Esto puede producir que por el cansancio el cuerpo se duerma y de inmediato se corte la función del aparato digestivo, trayendo problemas como indigestión, así como otras secuelas.
¿Cómo y qué comer antes de dormir?
Para que la dieta tenga un impacto positivo en el sueño, es necesario determinar cómo comer mejor para reducir cuadros digestivos que atenten contra la salud y el descanso. Lo ideal sería evitar bebidas como el alcohol en exceso, al menos unas cuatro horas antes de dormir, mientras que para bebidas con cafeína, se recomienda que se consuman mínimo seis horas antes de dormir, esto incluso incluye al chocolate, pues ejercerá un impacto similar a la cafeína.
Es necesario evitar a toda costa alimentos que sean muy pesados, por contar en su preparación con altos niveles de picantes o azucares, de igual forma consumidos al menos cuatro horas antes del horario del sueño. Lo ideal es consumir alimentos que permiten un aumento de sustancias como la hormona melatonina y la neurotransmisora serotonina que se encuentran en alimentos como arroz, frutos secos, patata, lácteos, huevo y determinadas legumbres y verduras.
Relación de la obesidad con la falta de sueño
La ausencia de una buena jornada de sueño puede traer como resultado la aparición de enfermedades cardiovasculares, así como problemas de obesidad. Cuando estos episodios de salud inician en el organismo, el aumento de hormonas es mucho más notorio, haciendo que el cuerpo pida consumir más cantidad de alimentos, generando una notable disminución tanto de la sensibilidad a la insulina como la tolerancia a la glucosa.
Sin duda, todo se convierte en un ciclo que va deteriorando el cuerpo y frenando las jornadas de sueño, donde cada vez será más habitual dormir de manera desordenada. Esto traerá como resultado no solo aumento de peso, sino poca capacidad de procesar y asimilar los nutrientes de los organismos. Una vez que el cuerpo acepta esta dinámica, hasta que no trabaje en mejorar el sueño, no podrá perder el sobrepeso que trae consigo la obesidad.